Pan de plátano




Pan de plátano.
Pan que, aún llamándose pan, es más bien un bizcocho gordito y jugoso.

Sin más dilaciones.
Solo porque es domingo y he estado horneando en casa. En mi casa de verdad.
La casa que me remueve por dentro. La misma casa que está tan cerquita de la playa, de esa que, si no es el paraíso, está muy cerca de serlo.

Pan de plátano. Fácil, rico y sano.

Y.. pshh... ya si ponéis Nobody but me de Michael Bublé mientras hacéis el bizcocho y bailoteáis a la vez, seréis, como yo cada vez que la escucho, tremendamente felices.

Inspiración


A veces solo necesitas un café con tus amigas de siempre para ver las cosas claras.
Para pensarlo todo dos veces.
Para ser feliz.

A veces son besos, imágenes, música o películas. Otras, son personas las que te inspiran.

Hace tiempo que le vengo dando vueltas a cuando publicar este post.
¿El primer día de otoño? Era jueves, mi día favorito.
¿Mejor el primer día de otoño de verdad? Ese en que sacas tu jersey jugoso lleno de bolitas al que tanto cariño le tienes. Ese día de otoño de verdad. De ver hojas, de abrigarte, de pasar la tarde en el sofá. De lluvia.

Yo y mi manía de buscar el momento perfecto para llevar a cabo algo que quiero hacer.
Nunca es el momento adecuado y todos sabemos a pies juntillas eso de "el mejor momento es ahora" pero no, nunca lo es.

Hoy, he vuelto a casa después de haber pasado la tarde horneando en mi antiguo hogar, solo para dejar una sorpresa a las personas a las que quiero.
He vuelto con el mismo nudo en el estómago por irme sin poder despedirme de ese pedacito de mi que me falta.
He vuelto llena de recuerdos y sensaciones.
Reconfortada por el simple hecho de coger un bol y sentirme como en casa.
Como en casa de verdad.

Hoy. Un día nada especial. O sí.
Y sin más motivo que el hecho de querer hacerlo, comparto con vosotros estas inspiraciones de mesas dulces de otoño con las que os apetecerá tener algo importante que celebrar.

Hoy, no llueve, pero yo llevo puesto mi jersey jugoso lleno de bolitas.

Primavera


Así, en un abrir y cerrar de ojos. 
Te acuestas una noche de invierno y te despiertas una mañana de primavera.
Y sí, aunque en la mayoría de lugares no lo parezca, ya es primavera!
Y qué feliz es la gente en primavera!

Los olores, los colores, las flores, los árboles.
Los paseos bajo el sol, que cada vez quiere irse más tarde a dormir.
Los helados y los atardeceres.
Los primeros vestidos.

¿Quién no es feliz en primavera? 
Encima, resulta que hoy, es el día de la felicidad. 
¿Casualidad? No lo creo.

Así que, aprovechando que el día está de sí, voy a intentar haceros un poquito más felices con pocas palabras:

New York Cheescake.
Fácil.
Natural.
Saludable.

¿Algún adjetivo más o ya os he convencido? :)

Echar de menos


Tu casa.
Tu gente.
Tus playas.
Tus paseos de invierno con la peluda.

Tu tiempo.
Tus postres.
Tus ratos de horno en invierno.
Tu peluche tumbado al calor del horno.
Tus mañanas interminables modelando y creando con tus manos.
Tus tardes de masas y pruebas.
Tus noches editando vídeos.
Tus nervios al enseñar una nueva publicación.

Tus clases.
Tus alumnos.
Tus esfuerzos.
Tus recompensas.

De repente. PUM.

La vida te cambia en un abrir y cerrar de ojos y, lo que antes era cotidiano, ahora se vuelve inusual.
Lo que antes era normal, ahora es extraordinario.

"No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes"
Imagínate si encima sí lo sabes.

Felicidad ante todo pero tristeza de no poder compartir con vosotros cada momento, cada postre, cada tarta, cada receta.

Lo que daría por tener más huequecitos en los que poder contaros.
Meteros ganas.
Mancharos de chocolate.

Cuánto echo de menos mis ratitos de delantal.
Y, aunque de vez en cuando puedo darme el lujo de canturrear manchada de harina hasta las cejas (literalmente), pocas son las veces que puedo sentarme a contároslo.
Pero muchas, las que me acuerdo de todos y cada uno de vosotros.
De vuestros comentarios, palabras bonitas. De vuestro cariño.


Solo puedo dar las GRACIAS. Así, en mayúsculas y negrita, por todos aquellos que seguís ahí a pesar de la distancia y el distanciamiento. Que, aunque lo parezcan, no son lo mismo.
A todos los que a día de hoy, seguís confiando en mi para poner sobre vuestras mesas alguno de mis postres.
Y SIENTO, también en mayúsculas y negrita, todas las veces que, con dolor de corazón, he tenido y tengo que deciros que no.
No me creeréis pero, probablemente, el "no", me duela más a mi que a vosotros.

Todos los cambios conllevan un período de adaptación y aunque el mío está llevando su tiempo, confío en que pronto termine y, los ratos de canturrear con un bol entre las manos, sean más que menos.

Y, si me lo permitís, procedo a mancharos un poquito de chocolate. Y sin remordimientos.
Que por algo os echo tanto de menos!

Todo lo bueno se acaba


Como estas galletas.
Como mis vacaciones.

Hoy, aprovechando mi último ratito libre antes de la vuelta al cole tras una semana de total desconexión (casi), he querido venir a compartir con vosotros la receta que hace unos días prometía en mi cuenta de instagram.

Tres palabras: Galletas, Frambuesa y Chocolate.
¿Os he convencido ya?

Galletas con el punto justo de dulce, blanditas y con una combinación de sabores que os conquistará al primer mordisco.
Y es que, cuando uno está de vacaciones, la inspiración le entra por todas las ventanas.

Vamos allá!

Mucho, a veces, es poco



Sí. Así es.
Mucho, a veces, es poco.
Mucho es poco para describir el tiempo que llevaba sin pasarme por aquí.
Mucho es poco para describir cuánto lo echaba de menos.
Pero, sobretodo, mucho es poco para describir cuánto lo necesitaba.

Los cambios, el trabajo, el período de adaptación y las mil y una (más unas cuantas más) responsabilidades que me han ido surgiendo en los últimos meses, han impedido que pudiera dedicar todo el tiempo que me gustaría a esto.
Al blog, a vosotros, a los dulces, pero sobretodo a mí misma.
Que, al fin y al cabo, viene siendo un poco lo mismo.

Con C de Chocolate


Y S de Saludable.
Ingredientes naturales, sin refinar, fáciles de encontrar.
Fáciles de hacer y, como no, de comer.
Menos mal que salen dos por receta, porque ha resultado ser una creación de las buenas.

Sábados postplaya en que cambias el bikini por el delantal y empiezas a mezclar.
Muffins cuyo destino era acompañar el té del desayuno y no han pasado de ser los acompañantes de un paseo nocturno.

Al fin y al cabo los mejores planes son, precisamente, los que no planeas ¿no?

Un dulce regreso


He vuelto.
Sí, aquí estoy! 
En mi nueva casa, escribiendo desde mi nuevo rincón pero en mi lugar favorito de siempre: aquí.
Cuánto lo echaba de menos! Siempre con el gusanillo detrás de la oreja pero sin un minuto de tiempo libre para escribir. Me quemaba la sensación de sentir el blog lejos de mí pero, al mismo tiempo, tenía que tener la mente y el cuerpo al 100% en este nuevo proyecto.

Hoy. 
Hoy es el primer domingo en muchos meses en que no he tenido que pensar qué voy a meter en la maleta. Y desde que lo supe, supe también que sería el día en que volvería a escribiros.