Felicidad



Lo sé, estoy desaparecida en combate y cualquiera diría que me he ido del país (y, en cierto modo, así es).

Pero puede que esté viviendo uno de los momentos más felices y decisivos de mi vida.
Teniendo una de las experiencias más bonitas y gratificantes que he tenido nunca.

Satisfacción a un lado, nervios a otro y la maleta llena de sueños y ganas que viajan conmigo de aquí para allá.
Me paso las semanas aprendiendo, creando, dibujando(me) sonrisas.
Empapándome de todo lo que me rodea.

Quien me ha visto y quien me ve.
Nada como abandonar el nido para aprender a volar.
(...)


Sin tiempo apenas para poder respirar pero cargando con un sentimiento de culpa horrible a la espalda, no he podido desaprovechar mi primer domingo libre para escribiros un poquito.

Un domingo de esos. Un domingo de dormir, de preparar el desayuno con calma, de sentarse 5 minutos en el sofá, de descansar, de pasar el día de aquí para allá sin más obligaciones que la de existir.

Un domingo de pan casero, crujiente y calentito.
Un pan de preparación mínima y disfrute máximo.
Un pan sin levado. Sin tiempos de espera.
Un pan para principiantes.

Seguro que os suena, ¿verdad?
La genial bloguera Isasaweis, ha sido una de las precursoras de esta receta que, en cuanto vi años atrás, no pude dejar de hacer.

A día de hoy han sido miles las variedades que he probado: pan dulce, con pepitas de chocolate negro, blanco, pan integral, de centeno, con cereales...
¿Mi favorita? La de hoy, pan integral.
¿Porqué? Porque es más sano que el pan blanco tradicional, ya que está hecho con harina sin refinar, compuesta por el grano completo.
Porque puedes acompañarlo de dulce o salado. Jamón o chocolate.
Porque se hace en un chís y te saca de cualquier apuro.
Pero sobretodo, sobretodo, por esa satisfacción que te invade al hacer y hornear tu propio pan.
Por ese momento en que te quemas los dedos al robarle una esquinita porque no has sido capaz de esperar a que se enfríe.

Por todo ello y porque lo bueno, hay que compartirlo, os dejo mi versión del famoso
"Pan para principiantes".

Ingredientes:

- 200ml de agua
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 1 sobre de levadura liofilizada (levadura de panadería)
- 300gr de Harina integral

Preparación:

1. Mezclamos el agua con la cucharada de aceite y templamos la mezcla durante unos 10 segundos en el microondas.

2. Añadimos la levadura y removemos bien hasta que ésta se haya disuelto por completo.

3. Acto seguido, incorporaremos la harina y la sal y ligaremos hasta obtener una masa homogénea y manejable, que no se pegue a las manos.
(Si se pega demasiado, podremos añadir más harina. En caso contrario, de estar demasiado seca, añadiremos un poquito más de agua).

4. Espolvoreamos harina sobre la superficie de trabajo, amasamos y daremos al futuro pan la forma deseada.

5. PASO CLAVE: Introduciremos la masa en un bol de cristal con tapa apto para horno que, previamente, habremos engrasado en aceite con la ayuda de un papel de cocina.
Una vez colocada la masa sobre él, le haremos un par de cortes con un cuchillo, formando una especie de rejilla, la cual le dará, una vez horneado, ese aspecto tan típico de pan del país.
Pintaremos con aceite y espolvorearemos por encima un poquito de harina.
Taparemos el molde con su tapa e introduciremos en el horno, que habrá estado apagado hasta ahora, momento en el cual, lo pondremos a 220ºC así, el pan, irá levando poco a poco a medida que aumenta la temperatura del horno con él dentro.
Dejaremos que se haga durante aproximadamente unos 45-50 minutos, o hasta que veamos que la superficie tiene un aspecto dorado (y muuuuy apetecible).

Una vez horneado, dejaremos enfriar sobre una rejilla.




Espero que os haya gustado y que disfrutéis de un domingo casero espolvoreado de harina.
Nos leemos pronto!

Un beso,
Vane.

"Para alcanzar algo que nunca has tenido, tendrás que hacer algo que nunca hiciste"

No hay comentarios:

Publicar un comentario